viernes, 15 de marzo de 2013

EL.......


banquero, el gorro, la bufanda y la GC




Un tonto muy tonto, un banquero, una bufanda y una pareja de la Guardia Civil
A ver, como va la historia. Primero un banquero recibe una amenaza de chantaje… y tal y como va la banca en este país eso es menos que sorprendente… después ese banquero decide acudir a la Guardia Civil en vez de pagar, y tal y como va la banca en este país eso sí es más sorprendente. Va la Guardia Civil y hace lo suyo… que es montar un dispositivo de vigilancia a ver quien recoge el dinero del chantaje (y este comportamiento de la Guardia Civil es probablemente el único comportamiento perfectamente normal en todo el caso…).
¿Quién aparece para recoger el dinero del chantaje? Un diputado del Pepe, enemigo de la entidad dirigida por el banquero amenazado. Y aquí ya estamos en el terreno de lo surrealista porque nuestra clase política, por regla general, no es brillante, inteligente, ni honrada, pero tampoco suele ser subnormal a la hora de cometer delitos… Y ahí está la prensa diaria para confirmar esta afirmación. Como decía ese gran pensador popular, Carlos Arguiñano, en su programa de cocina “los chorizos de España son los mejores del mundo”. Este presunto chorizo ha salido malo…
Llega la Guardia Civil y trinca al presunto chantajista con las manos en el sobre en el que debía haber 25.000 euros. Es un diputado… del Parlamento, esa institución por la que sentimos tanto aprecio que todos los días nos acordamos de todos y cada uno de sus miembros (y de sus madres).
Ah, el diputado tiene una gran explicación. Un e-mail anónimo le ha dicho que le iban a dejar un sobre con información sobre el banco del banquero inicialmente chantajeado y él ha acudido a recogerla por si acaso fuera de interés para la justicia. Ha pecado de incauto porque se ha olvidado de varias cosas: de llevar un testigo, de conservar el e-mail anónimo y de avisar a la policía o a la justicia… Lo que no ha olvidado es una bufanda y un sombrero para esconder el rostro de las cámaras de seguridad.
El banquero se hincha. Afirma que el político es tonto –aunque no tan directamente porque no se puede esperar que un banquero hable de forma directa– por no haber hecho lo mismo que él: avisar a la Guardia Civil. Algo de razón no le falta… claro que todos sabemos que siendo el diputado miembro de nuestra gloriosa clase política no hacen falta muchas luces para descubrir que es tonto… muy tonto. Sobre todo cuando intenta hacerse el listillo.
El diputado se deshincha. Dimite, dice que ha sido víctima de una provocación… y es posible que eso último sea cierto. El problema, no tanto para el diputado como para el resto del país, es que era una provocación muy torpe, para pardillos, para tontos del culo, para retrasados (con perdón de la gente que realmente tiene problemas de ese tipo), en suma una trampa digna de un político español.
Es posible que todo haya sido una pelea en familia, entre banqueros y diputados, entre UPN y el Pepe, con el resto del país riéndose. Quizás sea incluso de agradecer que en estos tiempos en que todo se cobra y se desmantela el estado del bienestar al menos la risa, ácida y cabreada, siga siendo gratuita…
Mi difunto padre siempre me decía que cada país tiene los gobernantes que se merece. Si estuviera vivo estoy seguro de que se corregiría. España se merece algo mejor que esta gentucilla que ni a gentuza llega…

 j.m.

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